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El arte a orillas del Mar

  • Felix Plaza. Trendy Room Editor.
  • 2 abr 2015
  • 2 Min. de lectura

BOSQUES DE LUCES ILUMINAN LA KURSAAL

Los "kubos" de la kursaal donostiarra encajan mejor que nunca para dar la bienvenida a la exposición más pura de industrialismo artístico y modernidad sensorial. Una muestra dedicada al Premio Nacional de Fotografía 2010, José Manuel Ballester, que alberga las obras más Top del artista madrileño haciendo un recorrido sin igual por la trayectoria de sus últimos ocho años de creación artística.

El componente inerte y caduco cobra vida como si una pócima revitalizante impregnara sus cuadros. Los paisajes vacíos se llenan de emociones, los escenarios industriales y decadentes actúan de puntos de fuga hacia un universo escondido, hacia un mundo más allá de lo visual donde la sensibilidad y el afán de creación de espacios nuevos dependen de un imparable engranaje de vitalidad.

31 es el número de fotografías que José Manuel Ballester agrupa bajo el título Bosques de Luz una singular selección donde gravitan las claves del artista: el tiempo, la luz y el espacio.

Respecto al TIEMPO he de reconocer que su atemporalidad industrial me permite ubicar sus escenarios en una futurista, pero a la vez clásica, línea cronológica donde la percepción de la caducidad temporal no sucede: Siempre acero, siempre brillante, siempre resistente al tiempo.

El ESPACIO es la nota dramática, nos sumerge en un escenario de ficción, como si estuviésemos en un sala de cine presenciando un largometraje de Hitchcock del que no puedes apartar la vista. Este ritmo dramático "cinematográfico" brota de la tensión entre la arquitectura y la ciudad que la alberga, el suspense de las vertiginosas alturas de las estructuras industriales, el drama de los espacios oscuros y vacíos o la intriga de sus paisajes más nascónditos.

La ficción se esconde en la reinterpretación de pinturas clásicas, como il Cenacolo de DaVinci, para despojarlo de sus personajes y sintetizar el escenario al máximo, lo que Ballester llama la Presencia Ausente: no aparece el componente humano, sólo su huella.

La LUZ es el componente que aporta veracidad, que distingue lo artificial de lo natural. Un rayo de sol humaniza la ciudad, la industria, las fabricas, las grietas, el deterioro, el abandono, la metalización, la frialdad y la atemporalidad de este futurismo férreo de Ballester. Su calidez y la fuerza de su color lo enmarca en el aquí y ahora y hace que toda escultura urbana se derrita a su presencia.

Toda esta esencia que Ballester nos presenta queda arropada en un envoltorio sin ingua: La Kursaal Donostiarra, con sus juegos de luces, el balls de las olas, la brisa del cantábrico. Su presencia estratégica y su poder arquitectónico son el packaging perfecto para una sinérgica colaboración en post del avance y del progreso artístico.

"El arte a ras de las olas"

Felix Plaza.

Trendy Room Editor.

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