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La Corte Española de Thom Browne

  • Felino Plaza. Trendy Room Editor.
  • 17 feb 2015
  • 3 Min. de lectura

ARTE CONTEMPORÁNEO SOBRE LA PASARELA DE NEW YORK

¿Cómo una pieza tan contemporánea y futurista puede transportarte asociativamente a un época tan remota?.

La concatenación de rostros gélidos sincronizados al compás militar de las matracas y tambores de Hans Zimmer da inicio a una de las mayores obras de arte contemporáneo sobre las pasarelas. Se trata de la Colección Fall/Winter 2015 de Thom Browne presentada en la New York Fashion Week mediante una evocadora plataforma conceptual que da inicio a uno de los mejores desfiles de haute-coûture masculinos del momento.

Por un instante, influenciado por la sobriedad ambiental y por la supremacía del negro, mis ojos se nublan y mi mente se trasnporta a finales del siglo XVI, donde el luto imperaba en la moda de la corte y Europa al completo se regía por la tendencia española de Felipe II en pleno auge intelectual.

Thom Browne se ha convertido en todo un referente de innovación, creatividad y técnica en la moda masculina, muestra de ello es esta fastuosa colección O/I 2015. El "hombre Brown" luce estructuras regias con personalidad propia, donde el negro es el protagonista absoluto, bajo la preeminencia del monocromo encontramos ocultos un sinfín de matices en las texturas, puntualizaciones en los contrastes de tejidos y detalles en los acabados de las prendas que recrean una combinación suculenta de magistralidad artística y buen gusto.

El halo imperante en el desfile encarna los devaneos del diseñador con la sensualidad, la decadencia y la muerte a la vez que evoca una sobriedad férrea y sofisticada que nos sumerge en épocas de esplendor histórico.

La puesta en escena de casullas, jubones, briales, mantos, camisas, sayuelas, tabardos, randas, capazos, camisones son la llave que nos conduce al pasado.

El lujo, la exclusividad y el romanticismo intríseco son algunas de las connotaciones que delatan su asociación con las cortes europeas de finales del siglo XVI. Éstas frente al colorido extravante y las estridentes texturas orientales bañadas de oro y matizadas por los bonites de las conquistas, típicas del Renacimiento Italiano, se ven acotadas por una nueva tendencia: la Moda Española, centrada en la omnipresencia del negro.

¿Porqué el color negro?. El Status Quo es la respuesta. Técnicamente era un color caduco e incostante, sólamente el negro que se extraía de la mezcla de agalla y vitriolo verde aportaba una tonalidad puramente negra. El handicap de esta composición premium era su carácter volatil y de corta duración, el paso del tiempo desprendía las partículas más intensas de las fibras y exigía a los miembros de la corte una constante renovación de vestuario que evidenciaba un poderío económico digno de la realeza, de su abundancia y poder. ¡Todo un modelo a imitar!

Paradójicamente, el luto, fue adquiriendo un universo oculto bajo su tonalidad asociandose a un conjunto de doctrinas y valores yuxtapuestos a esta exclusividad anterior. Una carga simbólica de dignidad, decencia, castidad, pulcritud, austeridad, decoro y sobriedad respaldaban el uso de este color. A través de las figuras de reinas como Isabel de Valois, Juana de Austria o las infantas Isabel Clara Eugenia y Catalina Micaela observamos esa simbología en el vestir.

Esta axiología oculta se imponía sobre otras funciones como la de realzar el esplendor de las joyas y las facciones faciales potenciando la belleza de un rostro puro, blanquizo y pálido.

Browne, al igual que las Cortes Europeas de la Contrarreforma, ha dejado atrás la plasticidad cromática de sus colecciones anteriores (Golf Collection 2014) para adentrarase en el mundo de la oscuridad, la muerte y el renacer contemporáneo con esta plataforma artística presentada en la NY Fashion Week. Esta similitud en su trayectoria artística emula este cambio histórico: las sedas venecianas y los destellos otomanos se rinden ante la sobriedad imperial de la oscuridad. Aunque el predominio del negro no ha conseguido que Thom pierda ese punto de fantasía y delirio en sus diseños. Su capacidad de erigir nuevos mundos con escenarios oníricos y su poder de evocación siguen intactos y más frescos que nunca. ¡No importa el color ante su arte!

El diseñador fetiche de Michelle Obama sigue poniendo el listón bien alto, utilizando su moda como un arma potente de comunicación, un instrumento que desata toda sensibilidad artística y nos hace vibrar desmesuradamente.

Felix Plaza.

Trendy Room Editor.

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