Espace Dalí en el corazón de Montmartre.
- Felino Plaza. Trendy Room Editor
- 3 feb 2015
- 3 Min. de lectura

EL HOMBRE SUPERA AL MITO
Excéntirco, explosivo, desconcertante, metafísico, estridente, inconformista, rebelde, comerciante, único, artista, selecto, anormal, creador, genio... podríamos seguir durante décadas aumentando la checklist de cualiades del mítico Salvador Dalí, pero en esta ocasión aparcaremos el MITO, junto a su eclecticismo mediático, para ahondar en el HOMBRE y en el valor de saber transmitir sus emociones más puras a través de sus extravagancias.
En el corazón de Montmartre, tras la iconográfica basílica color marfil del Sacre Coeur, encontramos oculto tras la Place du Tertre el Espacio Dalí. Unas escalinatas empinadas te transportan a un mundo mágico, una explosión visual y confusión sensorial, un tiempo nuevo, atemporal, un espacio descifrable a través los códigos que el propio Dalí nos va marcando.
A primera vista el poder iconoclasta de esta obra multidisplinar ocupa la atención de nuestras retinas (su mezcolanza cromática, las formas imposibles de sus esculturas, las fusiones de texturas humanas con el entorno animal y natural), pero finalmente es su simbolismo lo que nos conquista el corazón.
Todo efecto plástico queda embellecido por la historia que oculta:
MIEDO. Sus relojes blandos denotan el miedo a la muerte, a la fugacidad de la belleza, de la ilusión y de la juventud eterna y reflejan, personalmente, la huella que marca en su camino la muerte de su hermano. Tal era el trauma familiar que tras la pérdia de su primogénito, los Marqueses de Dalí de Púbol apodan a su segundo hijo, Salvador Dalí, con el mismo nombre del fallecido. Esto marcará los sentímientos íntrisecos del pintor de por vida, y quedará reflejado en muchas de sus obras.
INCOMPRENSIÓN. Las ilustraciones de Dalí reviven la obra de Lewis Caroll y, Alicia, su protagonista se convertirá en todo un enigma para Dalí, se convertirá en su musa, en su alter ego, en su inconsciente. A su vez, Alicia, llevará al pintor a ese mundo Surrealista y mágico que necesita para evadirse de la incompresión de su entorno monoplano. Las ilustraciones son exquisitas tanto cromática como conpectualmente y la escultura de bronce de Alicia muestra a una amazona animal cargada de erotismo, sus extremidades son vegetales y su indumentaria es muestra de su sensualidad femenina, de su picardía.
RECHAZO. La perdida de su madre muestra un paralelismo a la de su fé. La figura materna era el vínculo divino de Dalí con la religión y la crencia divina, su misticismo pasó a ser metafísico con la marcha de su madre, su camino se reencontrará con Dios al dinal de su vida.
ENIGMAS. La venus de Milo, será otra de sus musas, al igual que el origen de la mítica escultura griega, la obra de Gaudí será todo un enigna misterioso. Este ocultismo lo evidencia mediante la plasmación de cajones abiertos que esconden secretos que deben ser destapados para encontrar la felicidad.
Entre todas las reintrepretaciones que vemos en Espace Dalí (Akiza, Artiste Ouvrier, Fred Calmets, Codex Urbanus, Hadrien Durand-Baïssas, Jadikan, Jérôme Mesnager, Les King's Queer, Kool Koor, Kouka, Levalet, Thomas Mainardi, Manser, Nikodem, Nowart, Paella, Pioc PPC, Sack y Speedy Gra no) solo evidenciamos la chispa artística y la atracción por el narcisismo y la megalomanía, ese lado petardo, reberlde y excentrico que hicieron del genio de Figueras un icono mundial sino también la admiración por un hombre desbordante de sensibiliad que muestra sus miedos y su parte más mundana, accesible y empática.
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Felix Plaza.
Trendy Room Editor.
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